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Tengo 27 años y coordino desde que tenía 18 (allá por el 2010). He viajado con egresados a Bariloche, he coordinado viajes de estudio a distintas partes de Argentina, pero con Buenas Vibras es que hice la mayor parte de mi carrera acompañando jóvenes en sus vacaciones. Hoy después de casi 10 años de coordinar, habiendo pasado por otros trabajos y otras empresas de turismo sigue siendo una pasión para mi, subirme a un bus o avión con pasajeros de Buenas Vibras… y muchos me preguntan por qué es que lo sigo haciendo, si no estoy cansado, si no me aburre, si no es mejor otra cosa. Y yo les digo: soy coordi, porque es uno de los trabajos más lindos del mundo.

Ser coordinador de Buenas Vibras Viajes significa muchas cosas, las cuales me gusta dividir en 2 espectacularidades:

  • La primera, Los Pasajeros: Particulares personajes con sed de moverse, valientes que se animan a viajar solos y solas, y que encuentran en Buenas Vibras la posibilidad de combinar sus vacaciones con conocer nuevos amigos, escaparse de la rutina, divertirse a lo grande y compartir todo esto con gente como ellos, que está “en la misma”.
  • Luego es viajar: conocí Argentina, Latinoamérica, Europa, Asia y África coordinando, empecé por mi país admirando todo lo que tenemos y aprendí a valorarlo y cuidarlo. Brasil, Uruguay, Perú, Ecuador, México, Cuba y Costa Rica me llenaron de naturaleza, historia, gente hermosa y me hicieron sentir orgulloso de llamarme Latino. 

Un mes recorriendo 7 países de Europa fue un sueño hecho realidad, sacando fotos en lugares emblemáticos, de esos que aparecen en las películas y siempre anhelé con conocer…caminar por Abbey Road, ver la Torre Eiffel iluminada bajo la luna llena, navegar por los canales de Amsterdam o bailar en increíbles discotecas de Ibiza fueron sólo algunas de las experiencias que quedaron grabadas a fuego en mí.

También conocí países exóticos. Al visitar Turquía, Dubai, India, Egipto y Tailandia me encontré con culturas radicalmente diferentes a la nuestra: probé platos con insectos, visité templos y mezquitas, aprendí a decir “amigo” y pedir una cerveza idiomas que ni conocía, fui víctima de selfies con locales de cada lugar, que se nos acercaban porque nosotros éramos los exóticos y entendí que el único gesto universal que todos conocemos e interpretamos de la misma manera es la sonrisa.

Es junto con estos pasajeros que los coordinadores vivenciamos todo lo que mencioné de viajar en el punto anterior. Compartimos experiencias, convivimos durante días o semanas y formamos parte de la comunidad que ellos forman. Ellos son desconocidos de distintas partes del país (y a veces de otros países) que se suben a un avión o un bus dejando sus problemas, prejuicios y miedos en casa, que se atreven a vivir la experiencia de Buenas Vibras y al regreso de sus merecidas vacaciones son nada más y nada menos que un grupo de amigos. Amigos unidos por sus vivencias, sus intereses, y por su amor a viajar y divertirse. 

Como coordinador uno es testigo de cómo se forjan estas relaciones (relaciones de amistad y de amor también) y la mayoría de las veces además de testigo, somos cómplices; es por esto que al finalizar un viaje con Buenas Vibras, “el coordi” ya no tiene más pasajeros, porque esos valientes desconocidos se convirtieron en compañeros de viaje con quienes compartimos anécdotas, risas y mucho más.

Por viajar por el mundo y por hacerlo con estos pasajeros, es que yo elegí y sigo eligiendo ser coordinador, una profesión que llena el alma y abre la cabeza.

Escrito por Lisan, coordinador de Buenas Vibras

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